El río Estena ha excavado una garganta a lo largo de miles de años y ofrece al visitante un agradable paseo en esta época de primavera. Los abruptos torreones rocosos delatan el pasado marino de los materiales que forman este terreno. Con atención es posible ver restos fósiles de diferentes tamaños, como el enorme túnel excavado por un gusano marino gigante, que datan de hace 470 millones de años. Las laderas repletas de alcornoques centenarios, robles y encinas nos recuerdan que estamos en pleno clima mediterráneo.
Es este un entorno de enorme variedad de flora y fauna protegida como el martín pescador, la nutria o el galápago leproso. Pero también peces autóctonos al borde de la extinción como jarabugo, la colmilleja o el cacho que comparten habitat con jabalíes, zorros y ciervos.
En primavera la floración de jaras, orquídeas,brezos de tubera y peonías entre otras flores, con su explosión de colores es un auténtico espectáculo para los sentidos. Con paciencia podremos observar infinidad de mariposas de múltiples colores que acuden a alimentarse del néctar de las flores.
En resumen, un paseo repleto de sorpresas, apto para toda la familia y un homenaje a los sentidos.
Y recordad: lo único que te lleves fotos y recuerdos; y lo único que dejes, la huella de tus zapatos.
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