En tiempos de pandemia y con limitaciones de movimientos es conveniente abrir la mente, cambiar el punto de vista… y entonces descubres muy cerca pequeños tesoros que antes nunca habías visto.





































En tiempos de pandemia y con limitaciones de movimientos es conveniente abrir la mente, cambiar el punto de vista… y entonces descubres muy cerca pequeños tesoros que antes nunca habías visto.
La ruta que os proponemos parte de Villarreal de San Carlos. Iniciamos la marcha caminando por la Cañada Real pasando por los chozos, atravesamos una zona convertida en parque botánico junto al árbol singular de Extremadura, un gigantesco Almez. Unos 500 metros más adelante se une con otro camino que parte junto al helipuerto. Esta es una zona de dehesas donde es muy probable encontrar ciervos, desde la Fuente del Alisar el camino pasa por los campos de eucaliptus, llegando hasta la Fuente de los Tres Caños. Siguiendo hasta el Mirador de la Tajadilla veremos al fondo del camino el río Tiétar. En el Charco del Infierno el río hace un meandro, zona de anidación de alimoches, llegamos al Mirador de la Tajadilla donde se observan buitres leonados, alimoches y milanos.
Una visita a los restos del castillo y al Salto de Gitano es obligatoria para observar a numerosos ejemplares de buitre leonado.
Llega la Primavera y con ella más horas de sol y temperaturas más altas. La vegetación del humedal aún conserva el color ocre del otoño y no será hasta el final de la estación cuando el colorido estalle en verdes y dorados. Pero es un momento especial para observar las aves migratorias que empiezan a llegar a su habitual zona de descanso en su largo camino migratorio hacia el norte de Europa. Garcetas, Cigüeñuelas, Porrones y Ánades se mezclan con Aguiluchos Laguneros y Fochas que compiten por marcar su área de cría. Con la estación bien entrada podremos observar Garzas Imperiales, Avetorrillos y Garcillas Cangrejeras.
Unos prismáticos y un equipo fotográfico con un buen teleobjetivo son las herramientas imprescindibles para llevarnos un recuerdo a casa. Paciencia, silencio y agua en la mochila son otros elementos que necesitaremos para pasar una buena jornada en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
«Desert Chase» de Chronicles II por Mattias Westlund.
Durante los meses de primavera se hace imprescindible la visita de este paraje soriano. Disfrutar de los sonidos de las aves en plena época de cortejo es algo único. Y si hay suerte y con paciencia quizá podáis espiar a una pareja de buitres…
«The Barbarian Host» de Chronicles I por Mattias Westlund.
Los meses de primavera son el mejor momento para disfrutar de la explosión de color y vida en este rincón del centro de la Península Ibérica.
«Gwendolyn» de Chronicles I por Mattias Westlund.
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